Breve reseña de la cata de vinos rancios
30 de mayo de 2022.
Vinoble. Bodega del Ayuntamiento
Responsable Paco del Castillo
Profesor de Sumillería y de Análisis sensorial
Miembro del Grupo Los Generosos
¿Vino rancio?
La palabra rancio no tiene en el vino un carácter peyorativo. En este sentido la RAE, esa institución que tanto descuida al vino, nos ofrece una visión dicotómica en este adjetivo según vemos a continuación:
“Rancio. Del lat. rancidus.
1. adj. Dicho de un alimento graso: Ligeramente corrompido por el paso del tiempo, y con sabor y olor fuertes y desagradables. Tocino rancio. U. t. en sent. fig. Olor rancio.
2. adj. Dicho del vino: Añejo o conservado durante mucho tiempo.
3. adj. Dicho de una cosa: Antigua o de larga tradición. Rancio abolengo.
4. adj. despect. Anticuado o propio de épocas pasadas. Costumbres rancias.
5. adj. despect. Dicho de una persona: Anticuada o de ideas pasadas de moda. Filósofo rancio”.
En el caso del vino, nos interesa la segunda acepción, "Añejo o conservado durante mucho tiempo“. Aunque claro, no dice si está conservado en botella o en cualquier recipiente, ni lo que es más importante, que esta conservación, en una ambiente oxidativo controlado, se hace para enriquecer el vino y para mejorar sus características organolépticas que es el fundamento de su elaboración.
Y esta acepción se podría completar con la tercera, "Antigua o de larga tradición. Rancio abolengo“, lo que podría calificar acertadamente al vino rancio porque es un tipo de vino que se lleva elaborando desde tiempo inmemorial.
En ambos casos no parece que estos adjetivos sean tan despectivos como en las acepciones 1,4 y 5.
El carácter rancio en el vino
Algunos autores hablan de carácter rancio o añejamiento, porque es una cualidad del vino que no se consigue en meses sino en años.Para mí el carácter rancio es una enriquecedora “oxigenación controlada” que cambia la composición del vino y consigue mejorarlo sustancialmente.
Esta práctica no se debe confundir con la oxidación fortuita y negativa de algunos vinos de enólogos descuidados, que causa una alteración por acetificación.
¿Cómo surgen los vinos rancios?
Es probable que estos vinos aparecieran por diversas causas pero se podrían aventurar dos de ellas: que nacieran por azar y que surgieran por la necesidad.
Esa parte azarosa, en el sentido de no buscada, se puede argumentar con los largos viajes que los vinos debían soportar en épocas muy pretéritas. En ese trayecto el vino cambiaba sus características y se empezaba a convertir en vino rancio.
En las bodegas, hay vinos que se han ido envejeciendo cada vez más porque se vendían poco, y como estaban en buenas condiciones ambientales y además, bien mantenidos y controlados, iban a mejorar sustancialmente sus características organolépticas.
Pero antes de continuar es necesario señalar algunos elementos van a favorecer o posibilitar el carácter rancio de los vinos.
Elementos que favorecen el carácter rancio
Hay dos elementos esenciales que favorecen el carácter rancio de los vinos.
El primero es la adición de alcohol, porque protege al vino. Aunque se advierte que no todos los vinos rancios llevan alcohol añadido. Pero deben tener un elevado contenido en alcohol, aunque sea natural para que no se estropee.
El segundo la estancia del vino en grandes envases de madera, mejor vieja.
En ocasiones la estancia en madera se complementa, o en algunos casos (menos) se sustituye, con la exposición del vino a la intemperie en damajuanas de vidrio.
En otros casos como en Madeira se usa el estufagem (aplicación de calor) a modo de envejecimiento forzado, pero en los vinos de menor enjundia.
La adición de alcohol
Desde la Edad Media ya se sabía, de forma empírica, que los vinos con alta graduación alcohólica eran más estables y no se convertían en vinagre.
Y cuando se empezó a generalizar la destilación gracias a los árabes era habitual añadir alcohol al vino para estabilizarlo biológicamente. El descubierto alcohol, iba a ser esencial para obtener los vinos de licor.
La decisiva ayuda de la madera
Cuando los romanos conquistaron la Galia los galos ya utilizaban barriles de madera para la cerveza y los invasores empezaron a usarlas, aunque siguieron con las ánforas de barro y de cerámica.
En la Edad Moderna ya se generalizan los envases de madera para el almacenamiento y sobre todo para el transporte de los vinos.
La madera era el envase de transporte en el comercio ultramarino y parece razonable suponer que en los primeros viajes ultramarinos los cambios en los vinos a causa de los fenómenos oxidativos fueran sobrevenidos y no deseados, y que se producirían, por azar, y por la necesidad de ese comercio.
Y estos cambios se iban a acentuar debido a los contrastes térmicos que sufrían las expediciones comerciales largas, sobre todo las ultramarinas. El ejemplo de los Madeiras de “torna viagem” no deja de ser una vuelta de tuerca de esos cambios beneficiosos en un ambiente oxidativo controlado.
Y como los envases de madera (barriles) no eran contenedores estancos, a través de las duelas de la madera se producía una oxigenación lenta que iba a cambiar las características del vino de forma beneficiosa.
La búsqueda forzada de la mejora cualitativa
El sol y serena. Más adelante en el Roussillon (Banyuls y Maury, principalmente) y en la Cataluña española se busca reforzar la acción del oxígeno con estancias previas del vino en damajuanas de vidrio de 50 a 60 litros a la intemperie y no necesariamente llenas del todo: el conocido proceso de “sol y serena”.
Precisamente del Roussillon y de Cataluña surge la palabra vino rancio.
El "estufagem". Es una singularidad de algunos de los vinos de Madeira y consiste en hacer una réplica en bodega de los contrastes térmicos que sufrían los vinos que viajaban a América. Según parece el Dr. Pantelia Fernandes inventó el estufagem en el siglo XVIII.
Consiste en circular agua caliente por medio de un serpentín o por camisas en depósitos de acero inoxidable considerando dos variables: temperatura y tiempo.
Antiguamente, en los vinos más básicos se aplicaban 60ºC durante tres meses, en los intermedios a casi 55ºC durante cuatro meses y en los de calidades superiores la temperatura bajaba de 42 a 46ºC y el tiempo se prolongaba durante seis meses.
Actualmente, la normativa europea no autoriza a Madeira temperaturas superiores a 50ºC.
Sobre la terminología del vino rancio.
Definición de vino rancio o tipos de vino rancio. Según estén o no definidos por una mención geográfica, se podría diferenciar entre:
Vinos rancios stricto sensu (amparados por una normativa) que así los define: rancio.
Vinos rancios lato sensu (en sentido figurado), no aparece en su normativa el calificativo rancio.
Vino rancio stricto sensu
Rancio es una tipología de vino concreta, avalada por una mención geográfica, por ejemplo: en DOP: Terra Alta, Tarragona, Priorat, Montsant, y otras de Cataluña, o Clairette de Languedoc rancio, o rancio en las IGPs: Côte Vermeille y Côtes Catalanes.
Vino rancio a veces define un tipo específico de vino.
Vino rancio lato sensu
El envejecimiento (o tono rancio) se busca sin que así se defina el vino.
Es el caso de los vinos viejos: Porto Tawny, Madeira, Moscatel de Setúbal, Carcavelos, Málaga, Banyuls, Rivesaltes, Maury, Fondillón, Empordá, Marsala, Jerez, Montilla-Moriles, Rueda y otras zonas españolas y europeas.
¿Rancios dulces o secos?
Hay de los dos tipos, vinos rancios secos y vinos rancios dulces.
En algunas menciones geográficas exigen que los vinos rancios sean secos (Clairette de Languedoc), en otras casi (Côtes Catalanes <12 g/l) y en otras (Priorat, Terra Alta), en cambio no lo establecen, pudiendo ser de ambos tipos: secos y dulces.
Be Ranci! Rencontres Europeéens des Vins Oxydatifs Secs. Es un Salón o encuentro de vinos dedicado exclusivamente a “rancios” secos.
¿Rancios siempre vinos de licor?
No siempre. También hay diversidad.
En algunas menciones geográficas se exige que los vinos rancios stricto sensu se consigan sin la fortificación (Clairette de Languedoc, Priorat, ..) y en otras pueden llevar alcohol añadido (Terra Alta, Tarragona,..).
En rancios lato sensu hay de todo. Sin alcohol añadido: el Fondillón en Alicante, o con alcohol añadido: los Portos Tawny o los olorosos de Andalucía Occidental, o los Marsalas Vergine Extra Viejos.
La duración del envejecimiento
Es muy variable, por ejemplo algunos moscateles apenas se envejecen para no perjudicar su aportación aromática y en cambio otros sí (como algunos de Douro o como el de Setúbal que cataremos).
Otros vinos pueden superar los 40 años de vejez reglamentada (Portos), Madeiras, o los viejísimos vinos tradicionales de Andalucía.
Suele ser muy habitual que el envejecimiento se haga en envases de madera no nueva (normalmente de roble o castaño) y de capacidades superiores a los 500 litros, con frecuencia grandes fudres, para conseguir:
Una relación superficie/volumen que favorezca una lenta oxigenación y que no haya una marcada aportación de taninos.
¿Qué aporta la crianza a los vinos de licor?
Una sustancial mejora para el disfrute del consumidor. La calidad de cualquier vino de licor aumenta por el envejecimiento, siempre que éste se haga correctamente.
Mejoras del carácter rancio. Por un lado, se disimula el compuesto añadido: el alcohol, que el tiempo hará menos apreciable en la cata.
Por otro, además de enriquecerse en aromas con nuevos componentes, el vino se equilibra, se concentra, ofrece una mayor armonía y se hace más sabroso con el paso del tiempo.
Mejoras apreciables en la cata
La mejora de la sensación seudotérmica por el menor impacto del alcohol, tanto en nariz como en boca.
En la fase olfativa directa. Además de enriquecerse aromáticamente, con nuevos componentes, el vino se equilibra y ofrece una mayor armonía.
La oxigenación permite la aparición de aldehídos por oxidación de los alcoholes, la esterificación (no total) de ácidos orgánicos y alcoholes y la acetilación entre aldehídos y alcoholes que enriquecen la fracción aromática, sin olvidar la leve cesión aromática de la madera, escasa por ser ésta vieja y por la relación superficie volumen.
Esta riqueza aromática ayuda a reducir el impacto del etanol en el vino.
Mejoras en la fase de boca. En general se deben a fenómenos de concentración de componentes del vino.
El alcohol se va a ir integrando en un medio más denso y la mejora se aprecia tanto en la textura, como en las superiores prestaciones sápidas.
En el vino se produce un importante fenómeno de concentración principalmente por evaporación del agua que embebe (y atraviesa) las duelas de los envases de madera; es decir, se pierden bastantes litros de vino (el llamado impuesto de los ángeles para los poetas, o el impuesto de los demonios para las bodegas).
Mejoras texturales. La concentración que conlleva el carácter rancio puede suponer un leve aumento de la tanicidad por la leve cesión de los envases de madera. Una mayor estructura, por el aumento de extracto seco.
Mejoras sápidas. El aumento de la sapidez se debe tanto al incremento de las sales, tanto por la salificación de ácidos, por el aumento de la acidez volátil y por la mencionada evaporación.
Puede aumentar la sensación de dulzor en los vinos secos por el aumento en términos relativos (debido a la pérdida de agua) de la glicerina, de los escasos azúcares propios del vino.
En los vinos dulces, las sensaciones de dulzor son menores y se manifiestan de forma más discreta.
Con la concentración debida a las mermas se pierde bastante vino, pero a cambio, los litros de vinos que quedan son mucho más concentrados y estructurados, y lo más importante, más complejos, sabrosos y equilibrados.
Vinos rancios. Vinos que lo están pasando mal
Debido a su escasa rentabilidad muchas bodegas los están relegando al olvido, aunque parece que lo peor ha pasado, al menos yo veo un poco de luz en el túnel.
Hasta ahora hay zonas que se han estado beneficiado comercialmente por la inercia de determinados mercados exteriores, como ocurre en el Marco de Jerez, o en Porto.
Otras zonas quizás hayan puesto en valor la defensa de lo propio y autóctono, como parece ser el actual resurgir de vinos de Montilla-Moriles o de Moscatel de Setúbal.
Pero la clave puede ser la superior cultura de consumidores que los aprecian, los ponen en valor y están dispuestos a pagar por ellos el precio que en justicia merecen.
Breve recorrido por los vinos rancios
En España
Siempre se han elaborado en el Marco de Jerez, en Montilla-Moriles, y en menor medida en Málaga y en el Condado de Huelva. Cataremos uno de Jerez y otro de Montilla-Moriles.
Los vinos rancios tienen una notable presencia en Cataluña, en Empordá, Terra Alta, Tarragona, Priorato, Montsant, Pla de Bages, y en otras DOP de Cataluña, con una oferta variable por sus distintas normativas: secos y dulces, de licor o sin alcohol añadido, con mayor o menor envejecimiento, a veces sin el calificativo rancio y frecuentemente con una fase de “sol i serena”. Cataremos uno de Terra Alta y otro de Empordá.
En Aragón y Navarra se están rescatando viejos vinos rancios y de esta última cataremos un estupendo vino de nuevo cuño.
En la zona levantina el más relevante sin duda es el Fondillón alicantino, imponente vino de Monastrell que no es de licor, y hay otros que entrarían en el apartado de rarezas como el de uva Monastrell y dulce que vamos a catar de la DOP Jumilla.
En Rueda se sigue elaborando el Dorado Rueda clásico vino de crianza oxidativa de esta zona líder en vinos blancos y que ha vuelto a incluir en la normativa al Pálido Rueda.
En Canarias hay también emblemáticos vinos rancios y algunos con nombres y apellidos merecen citarse entre otros: El Grifo Canary de Lanzarote con Malvasía volcánica, el Humbolt de Insulares de Tacoronte Acentejo con Listán Negro o la Malvasía Estelar de Teneguía de La Palma con Malvasía aromática.
Pero vinos rancios se han seguido elaborando en muchas zonas de España y a veces sin mención geográfica o sin pretender sacarlos al mercado como uno estupendo que cataremos y que es una sorpresa que desvelaré en su momento.
En Francia
Los más abundantes son los vinos de licor, sobre todo los vinos dulces naturales, para ser más exactos Vins doux naturels.
Vins doux naturels. Además de algunos vinos dulces naturales del Roussillon con AOC (Banyuls y Banyuls Grand Cru, Rivesaltes, Maury), en el Languedoc los VDN de Moscatel de grano menudo no se suelen envejecer, aunque alguna bodega que si lo hace sobre todo en Frontignan.
En el Ródano: en Rasteau sí hay rancios, y en Muscat de Beaumes de Venise son una rareza, y de igual modo son raros en Muscat du Cap Corse.
Vins de liqueur. También se pueden encontrar en los allí (mal) llamados Vins de Liqueur, esas seudomistelas elaboradas en zona afamadas de aguardientes de vino envejecidos en las AOC: Pineau de Charentes, y en menor medida en Macvin de Jura y en Floc de Gascogne.
Otras zonas. La AOC Clairette de Languedoc tiene amparado un “vin de liqueur” con cierto dulzor (entre 9 y 40 g/) y que puede ser rancio también un vino sin adición de alcohol que se llama explícitamente “rancio” tres años de vejez y, lógicamente, tiene mayores exigencias en cuanto a la madurez de la uva 238 g/l frente a 221 g/l.
También hay vino rancio, de al menos cinco años de envejecimiento, amparado por dos IGP del Roussillon: Côtes Catalanes y Côte Vermeille.
También se están elaborando vinos rancios en sentido más amplio en Jura y en otras zonas diversas de Francia.
En Italia
Momentos difíciles. En Italia, en algunas zonas como Marsala cada vez son más escasas las bodegas y en algunos casos se siguen manteniendo, a veces por la formación de grupos empresariales y sobre todo por el reciente boom de los vinos sicilianos.
El Profesor Tullio de Rosa en su libro “Tecnología dei vini liquorosi e da dessert” (1887) habla de numerosos vinos de licor secos, dulces o semidulces ahora inexistentes en el panorama enológico italiano.
Sin embargo es tan potente en vinos de licor el país transalpino que muchos de ellos se podrían elaborar como rancios.
Vinos que podrían ser rancios que llevan alcohol añadido: Entre las numerosas zonas con mención geográfica destacan:
En Campania: Con DOP en Irpinia hay un Aglianico Liquoroso; Vesuvio Lacryma Christi Bianco Liquoroso (uvas Coda di Volpe, Verdeca, Falanghina y Greco). Con IGT. Campania (rossi y rosati liquoroso, ambos con diversas uvas).
En Cerdeña: Con DOP. Alghero Rosso Liquoroso (Diversas uvas tintas), Cannonau di Sardegna Liquoroso con dos versiones Secco y Dolce, Girò di Cagliari liquoroso, Moscato di Sorso – Sennori Liquoroso, Nasco di Cagliari liquoroso y Vernaccia di Oristano liquoroso (con crianza biológica).
En Sicilia: Con DOP: Malvasia delle Lipari Liquoroso, Moscato di Noto Liquoroso, Moscato di Pantelleria Liquoroso, Pantelleria Passito Liquoroso (también con Moscatel). Además Marsala. Con IGT. Terre Siciliane (Bianco y Rosso Liquoroso, con diversas uvas).
En Trentino: Con DOP: Trentino Moscato Rosa Liquoroso y Trentino Moscato Gaillo Liquoroso.
En Lazio. Con DOP: Aleatico di Gradoli Liquoroso.
En Liguria. Con DOP: Pornassio o Ormeasco di Pornassio Passito Liquoroso (Uva Ormeasco o Dolcetto).
En Lombardía. Con DOP: San Martino della Battaglia Liquoroso (Uva Tocai Friulano).
En Puglia. Con DOP: Aleatico di Puglia Liquoroso Dolce Naturale, Moscato de Trani Liquoroso.
En Véneto. Con DOP: Vin da Viajo liquoroso (Uva Raboso Piave).
Como se ha podido comprobar hay diversidad de uvas, tanto blancas: Moscato Rosa, Coda di Volpe, Verdeca Falanghina y Greco, Tocai friulano, Moscato de Trani, Nasco, Vernaccia, Malvasia, Moscato y Raboso Piave, además de las de Marsala blanco; como tintas: Moscato Gaillo, Aglianico, Ormeasco o Dolcetto y las de Alghero, además de las de Marsala tinto.
También hay rancios sin alcohol añadido. Como por ejemplo la versión del Perpetuum* de Marco de Bartoli con 40 años de envejecimiento. 17% vol, pero sin adición de alcohol. Un vino rancio que este caso no es de licor. Vino que es el posible antecedente del Marsala, que en cambio sí es un vino de licor.
En Portugal
Vinos rancios que llevan alcohol añadido: Vinhos generosos: Porto en los tipo Tawny (Colheita; 10 a +40 años, Reserve), Carcavelos viejos, Madeira viejos (de 5 a 40 años, Colheitas viejos, Frasqueira o Vintage, Soleras viejos); Moscatel de Setúbal viejos (de 5 a 40 años).
Otros vinos de licor: En todas las regiones portuguesas se elaboran vinos de licor que pueden ser rancios pero solamente se van a citar tres casos que en realidad son cuatro:
Con DOP Douro: Vinho Licoroso “Moscatel do Douro” 16,5% mín. Con DOP Alentejo: Vinho licoroso 17,5% mín. o IGP Alentejano: Vinho licoroso 17,5% mín.
Sin DOP ni IGP la excepcional rareza de JM Fonseca: el Bastardinho de Azeitao de la Península de Setúbal.
Vinos rancios sin alcohol añadido. Aunque haberlos haylos, los vinos rancios que no son de licor son más raros.
En Chipre
Se cita, porque tiene el vino dulce más antiguo “en activo”, como bien sabemos el Commandaria (que puede ser de licor o no), elaborado con Mavro y Xynisteri. Este vino “resucitó” hace unos 30 años cuenta con DOP desde 1990. El Commandaria en ocasiones se envejece bastante hasta 20 años o más, aunque el mínimo de crianza que establece la normativa es de tan solo dos años.
En Grecia
Hay de todo desde vinos de licor envejecidos hasta vinos naturalmente dulces.
Destacan algunos casos de vinos dulces naturales de Moscatel o de Mavrodaphne que pueden ser vinos rancios.
También pueden encontrarse vinos de crianza oxidativa aunque no abunden en las DOP: Lemnos, Malvasia Handakas – Candia, Malvasia Sitia, Moscatel de Cefalonia, Moscatel de Rodas, Samos, Santorini, Sitia.
Vinos rancios vinos muy costosos y poco rentables.
Vinos muy costosos. En el prolongado proceso de enranciamento, la larga crianza empeora la economía de las bodegas no solamente por el inmovilizado.
En efecto, a la adición de alcohol (o aguardiente vínico) hay que añadir las mermas por evaporación, el cuidado que requieren y el control analítico que se necesita a lo largo de la dilatada crianza. Sin olvidar que son vinos que pagan mayores impuestos por su tasa de alcohol.
Vinos que no son rentables. El mínimo análisis del costoso proceso de elaboración de estos vinos rancios y la comparación de sus precios (muy baratos) es muy elocuente: las empresas que los elaboran apenas ganan dinero con ellos, si es que lo ganan.
Los hacen más por tradición que pensando en la cuenta de resultados y los tienen que financiar obligatoriamente con otros productos como vinos aromatizados o bebidas espirituosas.
Los vinos de la cata
Al final se cataron siete vinos de los nueve previstos porque dos de ellos Lacrima Christi de La Bodegas san Isidro de Jumilla y Airám de Bodegas Espelt no enviaron las muestras.
En los vinos pretendía catar vinos de gran calidad que fueran asequibles para cualquier aficionado y debo decir que son vinos de grandes bodegas, algunas de ellas sin duda de categoría internacional como Pérez Barquero, Tradición y José María da Fonseca.
En la cata pretendía que intervinieran todos los generosos que estuvieran porque es más divertido y enriquecedor que si lo hace una sola persona. El único que no cató fue nuestro querido Abel porque se sacrificó para que tuviéramos una (excelente) constancia gráfica del momento.
Los vinos por orden de cata.
1. Amontillado Gran Barquero 25 años
Bodega Pérez Barquero D.O.P. Montilla-Moriles
2. Oloroso VORS 30 años
Bodega Tradición D.O.P. Jerez
3. Villa Oeiras Carcavelos 15 Years Old Superior
Bodega Villa Oeiras D.O.C. Carcavelos
4. Somdinou Vino Rancio
Cooperativa Gandesa. D.O.P. Terra Alta
5. Unsi Dulce Garnacha
Bodega Unsi Wines D.O. Navarra
6. Colomán Vino de Sacristía (saca especial para Vinoble)
Bodega Colomán. D.O. La Mancha
7. Moscatel de Setúbal Alambre 20 anos
Bodega José María de Fonseca D.O.C. Moscatel de Setúbal.
Oloroso Tradición fue catado por Javier Castro, Villa Oeiras 15 años fue catado por Alberto Coronado y Somdinou Vino Rancio Dulce fue catado por Jesús A. Yraola.
Amontillado Gran Barquero
Bodega: Pérez Barquero
Tipo de vino: Amontillado
DOP: Montilla-Moriles
Viníferas: Pedro Ximénez
Fermentación: en inox.
Crianza: Más de 25 años en botas de roble. 10 años en biológica y 15 años en oxidativa.
Alcohol: 19% vol.
Del amontillado Gran Barquero que voy a decir, es un vino que habitualmente tengo en casa para consumo y que lo cato más de 6 o 7 veces al año. Y lo suelo poner en las catas porque es un vino muy didáctico debido a su larga crianza biológica.
Es potente y complejo en nariz, al principio se aprecian notas de carpintería, aldehídicos y de acetales, destacan tonos de crianza biológica ya modificada por la acción del oxígeno, tonos salinos, de productos con sabor umami, de frutos secos, especias asiáticas, turrón de Jijona y más.
En boca es sorprendentemente fresco ( pesar de los 19º) y muy seco, entra ligero como si fuera un fino grueso y crece en la boca sobre todo después de apreciar las notas salinas y umami, y adquiere mayor estructura, gana cuerpo pero texturalmente tiene un paso suave que finaliza con un poderosos y elegante final amargo. Muy largo persistencia de varios minutos. Un vino muy, muy grande a precio muy pequeño. Les encantó a los asistentes.
Oloroso Tradición
Bodega: Tradición
Tipo de vino: Oloroso
DOP: Jerez
Viníferas: Palomino fino
Fermentación: en inox.
Crianza: Unos 40 años de crianza oxidativa en botas viejas de roble.
Alcohol: 20% vol.
Solamente decir que sin duda es un vino de categoría mundial a un precio más que asequible. Como vino muy conocido por todos también fue muy celebrado.
Villa Oeiras Carcavelos Superior 15 años
Bodega: Villa Oeiras
Tipo de vino: Vinho generoso
DOP: Carcavelos
Viníferas: Galego Dourado, Ratinho, Arinto
Fermentación: Encabezado a mitad de graduación probable con aguardiente de 77% vol de Lourinha.
Crianza: Envejecimiento de 15 años de promedio en barricas de roble portugués y francés.
Alcohol: 18,5% vol.
Azúcares: 112,4 g/l
Primer vino dulce de una zona que estuvo a punto de desaparecer en desigual lucha con el ladrillo y que ha resucitado gracias a la acción municipal de Oeiras.
Como en el caso anterior el vino fue catado por otro miembro de los generosos, en este caso Alberto Coronado y debe ser él quien lo comente aunque estaba bastante emocionado y lo cató con la cabeza y con el corazón.
Cata de Alberto Coronado: un vino entrañable en tanto en cuanto está elaborado en Carcabelos y más concretamente en la Villa de Oeiras de dónde es mi pareja.
Elaborado con las variedades Galego Dourado, Tatnho y Arinto, fermentado y fortificado al 77% con aguardiente de Lourinha. Lo impactante de este vino es que, conteniendo proporcionalmente más alcohol vínico que mosto, el resultado final, tras más de 15 años de envejecimiento, es que la integración entre la fruta y el alcohol, ha sido completa y perfecta.
Con un color dorado maravilloso y con unos recuerdos en nariz a fruta de hueso tipo albaricoque, con recuerdos a miel, cáscara de cítrico y resinas. El resultado en nariz es redondo, amplio y sabroso. En boca es envolvente, de dulzor moderado y con mucha fruta para ser un vino fortificado.
Un gran vino a precio razonable que gustó mucho a los asistentes.
Somdinou Rancio dulce
Bodega: Cooperativa Gandesa
Tipo de vino: Rancio dulce
DOP: Terra Alta
Viníferas: Garnacha blanca
Fermentación: en acero inoxidable
Crianza: en toneles de roble y castaño con un soleraje más de 50 años.
Alcohol: 15% vol.
Azúcares: 150 g/l.
Segundo dulce, en este caso de una cooperativa clásica de Terra Alta, que fue catado por Jesús Yraola con su estilo certero y preciso y a la vez.
Solamente añadir que es un vino de buena calidad a un precio en mi opinión ridículo, menos de 12 euros la botella de medio litro.
También gustó mucho a los asistentes este rancio dulce de Cataluña.
Bodega: Unsi Wines
Tipo de vino: Dulce Garnacha
DOP: Navarra
Viníferas: Garnacha tinta
Fermentación: en inox.
Crianza: Después de la adición de alcohol, se pasa a envases de madera (1 año), después un año en “sol y serena”, y vuelve a las barricas para incorporarse en un soleraje de 2014.
Alcohol: 15,5% vol.
Azúcares: 200 g/l.
Es un vino rancio de nuevo cuño de la D.O. Navarra, elaborado con Garnacha tinta por ese gran enólogo que es Gonzalo Celayeta y con una parada fermentativa con alcohol cuando el mosto-vino llega a los 5º.
El vino es de enorme calidad, con una nariz potente y compleja en la que destacan marcadas notas frutales algo pasificadas, puntas de frutos secos (almendra garapiñada) y delicados tonos de hierbas aromáticas.
En la boca es equilibrado, con una entrada fresca que denota una buena acidez, dulce y sabroso, con una buena textura, untuosa pero ágil y un final dulce amargo que hace que sea un vino muy equilibrado y sumamente placentero. Buena persistencia.
Un gran trabajo que lógicamente irá a más, en cuanto a carácter rancio, cuando el soleraje tenga más edad.
Si desaparecieron los Rancios de Peralta y solamente existía en Navarra algún que otro rancio de Moscatel de grano menudo este vino enriquece el panorama de la zona con una calidad tremenda y a un precio razonable.
Un gran éxito por los comentarios generales de este vino rancio con mucha fruta.
Colomán Vino de Sacristía (Saca para Vinoble)
Bodega: Colomán
Tipo de vino: Dulce de soleraje
Viníferas: Airén
Crianza: Adición de alcohol y larguísima crianza en soleraje desde 1975.
Alcohol: 19,5% vol.
Azúcares: 350 g/l
Un vino sorprendente y que no se comercializa que para muchos asistentes les recordó a los dulces Pedro Ximénez por sus características organolépticas. No se comercializa y solamente se hacen pequeñas sacas para esporádicos consumos interno de los socios de esta interesante cooperativa manchega de Pedro Muñoz.
Nariz poderosa, destaca un poco el alcohol, pero enorme complejidad, diversas frutas secas, monte bajo, tonos de regaliz y especias, amielados.
En boca es un vino muy poderoso, entra con cierto frescor, con una textura relativamente fluida para los azúcares que tiene, sabroso, con una punta salina y un final dulce amargo que lo equilibra algo cálido. Muy persistente.
A mí me encanta, pero quizás no sea objetivo dada mi implicación personal con el vino que me embotelló y envió mi gran amigo Casimiro Sanz recién llegado de Burdeos, para la cata.
Algunos asistentes comentaron que quizás le sobre algo de alcohol y de azúcar, y es posible que tengan razón, pero como también le sobra a muchos dulces Pedro Ximénez.
En cualquier caso creo que es un gran vino que no se comercializa y quizás más poderoso que fino aunque no esté exento de elegancia.
Moscatel de Setúbal Alambre 20 años
Bodega: José María da Fonseca
Tipo de vino: Vinho generoso
DOP: Moscatel de Setúbal
Viníferas: Moscatel de Alejandría
Fermentación: Encabezado con aguardiente y maceración posterior de cinco meses hasta marzo.
Crianza: Este vino es un lote de 6 cosechas, la más reciente de 20 años de vejez y la más antigua data de 1911. Envejecimiento en pipas o toneles de madera usada.
Alcohol: 18,4% vol.
Azúcares: 182 g/l
El último era un Moscatel de Setúbal de José María Fonseca, una de las mejores bodegas del mundo.
En nariz el vino es potente y complejo. Aúna algo complicado, el marcado tono rancio con el todavía carácter, obviamente modificado, de la uva moscatel con fantásticas notas cítricas. Aromas de mermelada de naranja amarga, naranja escarchada, dátiles, frutos secos (nuez caramelizada y avellanas tostadas), especias, hierbas aromáticas, caramelo toffe y más.
En boca es poderoso y a la vez elegante. Entra con frescor, denso pero a la vez fluido, muy sabroso dentro de los sabores dulces, punta salina, paso muy grato con una levísima tanicidad, y un final potente, algo cálido y con un leve amargor que lo equilibra. Muy largo y expresivo en la vía retronasal.
Un vino muy, muy grande, al que algunos de los asistentes le pareció algo marcado por el alcohol, pero reconocieron que tomado frío puede ser un vino tremendamente satisfactorio. Y además a precio “muito convidativo”, perdón por la licencia.
Textos: Paco del Castillo. Fotografías: ©AbelValdenebro
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