Una de las primeras actividades en el
Enofusión de este año fue la cata conmemorativa del 50º aniversario de la D.O.
Manzanilla que organizó el Consejo Regulador. Beltrán Domecq, su presidente, y
César Saldaña, el secretario, presentaron y comentaron un repertorio de blancos
que empezó con un “mosto” de Barbadillo, un vino del año varietal y muy
gustoso, seguido por un recorrido de manzanillas ordenadas de menos a más en
cuanto a la edad de las soleras y rematado por un brillante amontillado, lleno
de encanto. Como no podía ser menos, una buena representación de los Generosos
estuvo tomando nota a pie de copa.
Barbadillo.
“Mosto” de Palomino Fino 2014. VDT Cádiz.
César Saldaña encontró “recuerdos de tiza”.
Aroma herbáceo y fino, con almendra cruda, albaricoque y algo de naranja.
Paladar ligero y suave, sabroso y bastante completo, con una punta dulce
marcada, buena acidez y un fondo floral de camomila.
Las manzanillas finas
La Guita.
Bodegas Rainera Pérez Martín.
Levadura y tierra albariza con un punto de
aceituna, hierbas y alga nori. A pesar de los cuatro años de vejez media que
tienen las soleras, aún mantiene los recuerdos de la uva, con un equilibrio
hacia lo fresco y un recorrido de boca ligero y suave. Beltrán Domecq describe
“un carácter almendrado, de manzana verde y panadería, con un final que evoca
el roble bien envinado”.
La
Cigarrera. Bodegas Pilar García de Velasco.
Una gran sorpresa. Nariz elegante, no muy
punzante, con presencia de maderas finas y todo el repertorio aromático de la
zona: frutos secos, frutas verdes… Lo que emociona es como llena de sabor,
aroma y estilo sin dejar de ser un vino fresco, casi vaporoso. Cinco años de
vejez promedio.
Gabriela.
Bodegas Miguel Sánchez Ayala.
A estas alturas de la serie, se empieza a
notar la edad; son seis ya años y el aroma es más punzante. Beltrán Domecq
apunta “una complejidad adicional que viene del roble americano”. El bouquet
empieza a desarrollarse: cuero, limón, ajonjolí, con alguna puntita oxidativa y
un fondo como de brea. El paladar es seco y tierno, algo justo en persistencia.
San
León Reserva de la Familia. Bodegas Herederos de Argüeso.
Asoma la sutileza casi cítrica de las
manzanillas viejas, ya con una edad media de 7 años. Hay cierta frutosidad que
viene de la bota, no de la uva. Recorre la boca etéreo pero con mucha fuerza de
sabor, más estructurado que persistente. Los últimos aromas apuntan ya a la
avellana.
Las manzanillas pasadas
Pastrana.
Bodegas Emilio Hidalgo.
Un blanco de terruño que viene de un solo
pago. Para César Saldaña, “la crianza biológica llevada a sus límites”. Aromas
finos de vejez, algo tenues: cítricos escarchados, camomila, champiñón, mucho
yeso y ¡levadura! Boca vaporosa y fresquísima, larga y almendrada, de
desarrollo lento y envolvente, con la acidez y la salinidad mano con mano. Beltrán Domecq encuentra “la elegancia
del roble americano envinado” en un recorrido de impecable textura.
Solear
en Rama Saca de Invierno 2014. Bodegas Barbadillo
Enorme perfume de levadura de flor, con mucha
finura de aroma y un paladar de avellanas tostadas y algas sobre fondo mineral.
Para César Saldaña, “el efecto salino no está tan marcado porque es un vino ya
muy redondo” y, además, “están todas esas cosas que quita la clarificación”. Su
deliciosa textura lo confirma.
LA GOYA
XL. Bodegas Delgado Zuleta.
Ha evolucionado en botella y presenta un color
entre dorado y ambarino. Necesita aire y tiempo para abrirse en la copa. Las
notas oxidativas empiezan a ser patentes y crean un entorno muy complejo,
distinto, con recuerdos de lavanda y miel y una sequedad limpia y absoluta de
paladar.
Amontillado
La
Guita. Bodegas Rainera Pérez Martín.
Más de diez años de crianza como manzanilla
van seguidos de otros diez, como poco, de envejecimiento oxidativo. Empieza fresco y punzante, lleno de almendras y avellanas
bañadas en vainilla, con un toque claro de curry, cacao, naranja y maderas
viejas “de sacristía”. Según se abre en boca se va haciendo goloso en un
recorrido larguísimo y lleno de aroma.
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