MANZANILLA PASADA BARÓN
Un clásico de nuestras reuniones. Muy grande y, además, para gustar a muchos. Para Jesús Yraola “con frescura de brisa marina” y un paladar completo que es pura seda, con carácter y todo en su sitio.
FINO CRUZ VIEJA EN RAMA


Un estilo intermedio hecho en Chiclana, un vino “puerta” de iniciación para quitar el miedo a los que descubren el Jerez porque es amable como un blanco de barrica, ligero, fácil, con muchos recuerdos de vainilla y toffee.

LA BOTA DE FINO. NAVAZOS Nº 35
Una revisión a un clásico de este equipo que parece inmune al paso del tiempo y evoluciona con nobleza en la botella en la que lleva ya unos años. Pide aire en la copa y rápidamente aparece un vino clásico con todos los matices de un blanco moderno de terruño. Macharnudo es mucho pago y encontramos infusiones de flores (camomila y otras) y piel de naranja con fondos de hidrocarburo y yeso en un vino de enorme finura que es puro nervio y placer.

Otro clasicazo, una solera verdaderamente vieja que muestra toda la sofisticación de los vinos de sacristía. Grandes aromas de vejez que empiezan con frutos secos sublimados y siguen con naranjas, mucho terruño y especias exóticas (Garam Masala hindú). Para Luis Oliván, “el juego está en la densidad, tiene tanta sustancia”...
Como fin de fiesta, no podía faltar un vino dulce, pero lo que trajo Augusto superó todas nuestras espectativas. LUSTAU LAS CRUCES es un MOSCATEL CON SOLERA DE MÁS DE 100 AÑOS en el que no hay pasificación de la uva y que, frente a la mayoría, se trabaja por soleras, no en botas estáticas. Suena desconocido, fresquísimo como un TBA alemán añejo, pero leve y profundo como jerezano. Parece como cuando vas en avión y atraviesas las capas de nubes. Poco a poco van pasando chorros de almizcle, cítricos, humo, keroseno, eucalipto... hasta que la boca, limpia y fresquísima, se llena de rosas. Pura belleza y eterna juventud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario